En Gálatas 4:12 al 20, Pablo continúa con su discurso, aunque cambia el enfoque, por lo menos un poco. Pablo ya presentó una serie de argumentos detallados y teológicamente sofisticados para persuadir a los gálatas de sus errores, y ahora hace un llamado pastoral más personal. A diferencia de los falsos maestros, que no tenían verdadero interés en los gálatas, Pablo revela la inquietud, la preocupación, la esperanza y el amor auténticos de un buen pastor por este rebaño errante. No solamente estaba corrigiendo la teología; buscaba atender las necesidades de aquellos a quienes amaba.