Dios le dio una visión a Elena G. White en la que vio a líderes de la iglesia conciliar sus diferencias, y confesar los pecados que habían cometido unos contra otros.
Cuando se despertó de la visión, la señora White se dio cuenta de que lo que había presenciado no era una realidad. Profundamente afligida, comprendió que el Señor podría haber haber vuelto en sus días, pero su pueblo no rindió sus pensamientos y opiniones a la dirección del Espíritu Santo.
No dejes de clamar para que "Dios nos de la Voluntad de tener Voluntad"